
El Laboratorio de Comunicación de la Ciencia: desafíos y oportunidades de la inteligencia artificial generativa en América Latina y el Caribe se llevó a cabo entre el 19 y el 21 de noviembre en Montevideo, Uruguay. El encuentro, organizado por la Red de Evaluación de Procesos de gestión pública en pandemia y Participación ciudadana (Evaprop), contó con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y reunió a personas funcionarias de las administraciones públicas de distintos países y a especialistas en comunicación y ciencia.
El laboratorio fue un espacio de reflexión, formación e intercambio sobre el impacto de las tecnologías de inteligencia artificial en la comunicación institucional de la ciencia. De acuerdo con la AECID del Cono Sur, se trataron temas como la comunicación del riesgo, la gestión de crisis, la desinformación digital, la regulación, ética y los sesgos, y la creatividad e innovación en el uso de IAGen.
El evento contó con la participación de 31 funcionarios de 15 países de Iberoamérica, que contaban con conocimientos en disciplinas como comunicación, antropología, ingeniería, ciencias básicas, y más.

¿Qué ocurrió en el laboratorio?
El laboratorio combinó actividades como visitas técnicas institucionales, ponencias, talleres, y espacios de reflexión y creación colectiva.
El primer día, el 19 de noviembre, estuvo dedicado a conocer centros de ciencia y de investigación uruguayos. Los participantes recorrieron el centro interactivo Espacio Ciencia del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), el Institut Pasteur de Montevideo y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable.
El 20 de noviembre, segundo día del laboratorio, se dio la apertura oficial del laboratorio por parte de AECID, UNESCO y Evaprop/CYTED, momento en que se presentaron los participantes y se habló de la metodología de trabajo.
Este día se realizaron cuatro ponencias: ?Comunicar riesgos en la tecnociencia digital?, a cargo de Cecilia Rosen (UNAM/Evaprop); ?La gobernanza de la comunicación estratégica en crisis?, presentada por la Dra. Margoth Mena (UCR/Evaprop) y Andrea Moreno (UMA/Evaprop); ?Desinformación sintética y el nuevo virus que expande la IA?, por Sebastián Novomisky (UNLP); y ?El lado B de la IA: distorsiones informativas y audiencias?, presentada por María Ayelén Milillo (CONICET/Evaprop) y Bárbara Burton (UNRN/Evaprop).
El 21 de noviembre, tercer y último día de la jornada, comenzó con el espacio ?Fogón de Ideas?, conversando sobre políticas públicas, ética y regulación de IA generativa, con intervenciones iniciales de Guillermo Anlló y Giselle Burbano, ambos de UNESCO, y Nancy Ibarra, de AGESIC.
Posteriormente, hubo dinámicas de reflexión y se realizó el ?Taller sobre prompts?, que abordó el uso técnico y análisis crítico de las consultas a distintas inteligencias artificiales. El laboratorio cerró con la priorización de desafíos regionales y el compromiso de continuar las preguntas y los intercambios en busca de mayor capacitación y mejoramiento de las prácticas.
El inicio: comunicar riesgos en la tecnociencia
El uso de IAGen se inscribió en el marco de la comunicación en contextos multiamenaza, donde la Inteligencia Artificial juega un rol destacado en la actualidad y cuyo uso conlleva una valoración de ética y riesgos desde las organizaciones, las audiencias y los usuarios de redes sociales. La exposición inicial de la Dra. Cecilia Rosen, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) abordó el tema con una charla titulada ?Comunicación de riesgos en la tecnociencia digital?, donde analizó los desafíos actuales para la comunicación pública en un ecosistema mediático en constante transformación.
Rosen explicó que la comunicación de riesgos es ?un proceso con bases científicas que busca informar y dialogar con las personas sobre los riesgos a los que están expuestas, los efectos que tienen en su vida (...) y los mecanismos que tienen para disminuir su exposición a él.
Añadió que en la actualidad, la comunicación de riesgos ya no está controlada por periodistas, académicos e instituciones, sino que ahora intervienen también influencers, plataformas digitales y colectivos en línea, lo que ha resultado en una ?redistribución de la autoridad epistémica?.
Destacó que comunicar riesgos no busca solo transmitir datos, sino generar condiciones para que la ciudadanía pueda tomar decisiones informadas, que pueden ser la diferencia entre la perdida humana y/o material.

La académica compartió siete pasos para comunicar riesgos:
La charla enfatizó que la percepción del riesgo es sumamente emocional. La población evalúa los riesgos no solo según evidencia científica, sino también según sus experiencias, creencias, características demográficas, la confianza en el gobierno, la comunidad, y la ciencia, entre otras características.
Esta dimensión subjetiva ayuda a entender por qué algunos riesgos graves pasan desapercibidos y otros generan reacciones desproporcionadas.
La investigadora concluyó señalando que la comunicación de riesgos se desarrolla actualmente en un contexto tecnocientífico marcado por múltiples amenazas a nivel local, regional y global. También destacó que el ecosistema digital redistribuyó las fuentes y la autoridad del conocimiento, generando un escenario en el que comunicar riesgos implica interactuar y dialogar en torno a la información de posibles peligros para que las personas puedan tomar decisiones informadas.
La gobernanza de la comunicación estratégica en crisis
Otra de las exposiciones iniciales estuvo a cargo de la Dra. Margoth Mena Young, coordinadora general de la Red Evaprop e investigadora de la Universidad de Costa Rica (UCR), junto a la Dra. Andrea Moreno, de la Universidad de Málaga, quienes realizaron la presentación sobre la gobernanza de la comunicación estratégica en crisis.
En su intervención, Mena analizó los desafíos que enfrentan los gobiernos para comunicar en contextos de crisis y planteó un marco de trabajo basado en cinco capacidades esenciales que debe tener el personal profesional de comunicación estratégica: pensamiento estratégico y sistémico, capacidad analítica y sensibilidad social, competencia narrativa y pedagógica, capacidad de coordinación y liderazgo, y ética comunicativa y transparencia.
De acuerdo con el modelo presentado, una comunicación eficaz en crisis debe anticipar escenarios y coordinar acciones integradas, detectar emociones y patrones sociales, traducir la evidencia científica a un lenguaje comprensible para la ciudadanía, alinear a los distintos actores (científicos, institucionales, mediáticos), y generar confianza y legitimidad pública. Asimismo, se enfatizó la importancia de la capacitación continua, especialmente en áreas como vocería científica y competencias digitales.
Durante su participación, Moreno desarrolló un plan de comunicación de crisis que se desarrolla en tres pasos:
Las investigadoras concluyeron que la comunicación debe ser basada en evidencia científica, pero con un lenguaje ciudadano e incorporando las emociones como un elemento consustancial de los mensajes dirigidos a la ciudadanía. Además, advirtieron que las instituciones necesitan conocer y segmentar a sus públicos, dividir los objetivos para no mezclar el mercadeo institucional y los esfuerzos de transparencia con las estrategias de divulgación científica, donde -en estas últimas- se hizo un llamado para incluir siempre en los planes el trabajo con grupos pequeños en sus ambientes próximos.
Una guía para comenzar a usar la IA: el taller sobre prompts
Otro espacio destacado fue el taller sobre usos de los prompts, facilitado por el Dr. Sebastián Novomisky, investigador de la Universidad Nacional de La Plata, y por las doctoras Ayelén Milillo y Bárbara Burton de la Universidad Nacional de Río Negro. La actividad, de carácter práctico y reflexivo, recolectó información sobre distintas IAs generativas, los dilemas que plantea y cómo aprovecharlas al máximo.
El investigador Novomisky comentó que la inteligencia artificial ?se refiere a la capacidad de las máquinas para realizar tareas que, hasta hace poco, requerían inteligencia humana?. Esta se basa en la programación de algoritmos y el aprendizaje automático que les permite tomar decisiones a partir de grandes cantidades de datos de los cuales pueden identificar patrones.

El espacio del taller enfatizó que la IA plantea desafíos éticos, filosóficos, pedagógicos y de seguridad, y que además esta tecnología no debe reemplazar el pensamiento crítico, sino potenciar las capacidades humanas, reemplazar tareas repetitivas y evolucionar formas de conocimiento.
Asimismo, el grupo capacitador compartió tres tipos de herramientas de IA: transcriptor, de animación y reproducción de personajes (TurboScribe, RenderForest), modelos de lenguaje para análisis, síntesis y generación de contenido que cuenta con capacidad de razonamiento (ChatGPT, NotebookLM, Perplexity), y un agente autónomo para investigación profunda que es capaz de navegar por múltiples fuentes y sintetizar la información (Manus AI). Esta última herramienta se integra con entornos en red, tiene una capacidad de investigación más profunda, navega por distintas fuentes e incluso evalúa credibilidad.
Finalmente, Novomisky mencionó que la clave para obtener mejores resultados de la IA es realizar un ?prompt? correcto, es decirle, darle una instrucción o un texto adecuado para que trabaje a partir de esto.
Para realizar buenos prompts compartió los siguientes consejos: ser específico, entre más detalles mejor; definir un rol para la IA, desde qué perspectiva habla (como comunicador, como ingeniero, como profesor, etc.); estructurar el texto, dividirlo en contexto, tarea, formato deseado, y criterios; y refinar, si no se obtiene lo que busca hay que ir cambiar detalles del texto e intentarlo de nuevo.

El taller concluyó que la parte más importante es saber conversar con la IA, y que si no se le explica exactamente lo que queremos, se puede esperar respuestas con alucinaciones, vagas, genéricas y poco útiles.
Puede visualizar más sobre esta experiencia en las redes sociales de la Red Evaprop, presentes en Instagram como redevapropcyted y en Facebook como Evaprop.
Por Sara Abarca Calderón